Un buen jamón ibérico no se hace solo. La temperatura estándar de servicio es de 13 °C. Su grasa natural le ayuda a conservar su calidad con el paso del tiempo, pero aun así debe envolverse en el frigorífico y consumirse en los 14 días siguientes a su compra. Los jamones añejos suelen ser bien aceptados como parte de una tabla de quesos, ya que su contenido en sal y su alto nivel de grasa natural los convierten en acompañantes ideales.